En Venezuela existen tres tipos de Universidades: las Autónomas, las Experimentales y las Privadas. La ventaja de las Universidades autónomas y privadas es que tienen una autonomía absoluta frente al gobierno, lo cual no es necesariamente el caso de las experimentales. Dado que las Universidades han sido tradicionalmente el foco del pensamiento libre que refuerza las libertades civiles y la democracia, es importante que tal autonomía absoluta exista.
El gobierno de Hugo Chávez no es amigo de las Universidades autónomas. No es de extrañarse ya que se trata de un gobierno autocrático que quiere controlarlo todo. Claramente entonces la autonomía de las Universidades frente al gobierno es quizás la única fuente de independencia que queda en un país cuyas instituciones han sido secuestradas por la ideología del chavismo.
Hace unos meses, en Marzo del 2006, tres prestigiosas instituciones Universitarias venezolanas, la UCV, la USB y la UCAB, dos formalmente autónomas y una privada, en aras de la confianza y la transparencia en las próximas elecciones Venezolanas, propusieron al CNE realizar una auditoria del registro de votantes. De hecho, el CNE, el cual es el órgano encargado de las elecciones en Venezuela, ha sistemáticamente dado muestras de tal parcialidad que a penas un 43% de los Venezolanos confían en el mismo.
Los Venezolanos no se equivocan.
El CNE no aceptó de inmediato la proposición de las tres Universidades y pareció darle largas al asunto a pesar de la inminencia de las elecciones presidenciales. Ahora bien, el gobierno del presidente Chávez es extremadamente sensible a la figura que proyecta internacionalmente y sabe muy bien que el negarse a una auditoria del registro de votantes propuesta por instituciones Universitarias sería visto de manera sospechosa por la prensa y los observadores internacionales.
¿Cómo resolver el problema?
Pues, usando la vieja técnica de ahogar la propuesta con otras que vinieran de otras Universidades.
Fue así como, de pronto, los Venezolanos comenzamos a ver a personajes claves del gobierno dudando de la pertinencia de invitar sólo a un puñado de instituciones y proponiendo que otras Universidades participaran también.
La medida fue extremadamente hábil ya que nadie se puede pronunciar contra la virtud. Teóricamente, mientras más Universidades participen mejor, ¿no?
Además, desde afuera, todas las Universidades venezolanas son creadas iguales y el CNE podrá decirle al mundo que una auditoria del REP con una sustancial participación Universitaria se llevó a cabo.
Pero, lamentablemente para la democracia, en Venezuela el CNE no está engañando a nadie. Como siempre, cuando observo el comportamiento del CNE en Venezuela no puedo menos que recordar mi frase favorita:
“El diablo está en los detalles”.
Estudiando detalles, busqué primero la lista de las Universidades invitadas por el CNE:
- Universidad Rómulo Gallegos,
- Universidad Bolivariana,
- Universidad Simón Rodríguez,
- Universidad de Yaracuy,
- Universidad Marítima del Caribe
- Universidad Rafael María Baralt.
A este grupo se agrega el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, IVIC.
Quise indagar sobre las Universidades en Internet. ¿Eran, por ejemplo, Universidades fuertes en investigación en áreas relacionadas con la auditoria? ¿Tenían personal de investigación con experiencia en estadísticas? ¿Tenían investigadores con experiencias en modelos matemáticos? La mayoría de las instituciones no presentan suficiente información al respecto y si me tuviera que basar en las ofertas de programas y listas de investigadores que presentan sus portales, diría que no. Sin embargo, si pude observar que un gran número de ellas arbolan el slogan del gobierno bolivariano, el logo de la misión Sucre y presentan un link con el “gobierno en línea”.
Digamos que estos últimos detalles me llamaron altamente la atención. Como Universitaria que soy nunca antes he visto ninguna Universidad, en ninguna parte del mundo, que mantenga una relación tan estrecha con un gobierno que el logo del mismo aparezca en su portal Académico.
Investigando un poco, encontré entonces que la totalidad de las Universidades invitadas por el CNE son Universidades experimentales, es decir, Universidades que no tienen una autonomía absoluta y que, en muchas instancias, dependen fuertemente del gobierno.
En otras palabras, el CNE parece habérselas arreglado para “ahogar” la propuesta inicial de las Universidades autónomas, para que quedaran en franca minoría, invitando, no a otras Universidades Autónomas de renombre, sino a un número importante de jóvenes Universidades experimentales que, por definición, dependen más del Gobierno.
Para mi sorpresa, el prestigioso IVIC no se alineó con las Universidades autónomas sino con las Universidades experimentales. Al hacer el comentario en Internet, alguien me recordó que, recientemente, el director del IVIC fue impuesto por el Gobierno, a pesar de la fuerte oposición de la mayoría de los investigadores. El lector interesado en los detalles podrá también apreciar que ahora el IVIC tiene también el logo del gobierno en su portal Internet. Otro detalle, los investigadores del IVIC no avalan la comisión que representa al instituto.
Es interesante recalcar que una vez invitadas por el CNE a formar parte de la auditoria del REP, las Universidades experimentales hicieron una propuesta diferente que la propuesta de las tres Universidades Autónomas. Convenientemente el CNE indicó que aceptaría una sóla propuesta, con lo cual, por mayoría, quedó fuera la propuesta inicial de la USB, UCV y UCAB. En los momentos en los que escribo, he leido que la Presidenta del CNE, Tibisay Lucena, indica que la auditoría comenzará sin las Universidades Autónomas.
Las triquiñuelas dieron sus frutos: el CNE ganó la batalla de la auditoria.
La pregunta que nos hacemos es ¿Porqué? ¿Porqué ese empeño en querer sacar a las Universidades Autónomas del círculo?¿Porqué no aceptar una doble auditoria?
Entonces, como investigadora que soy, me dije que hay que seguir investigando. Hay que estudiar las propuestas para ver porqué el CNE quiso, a toda costa, ahogar y callar la propuesta de las Universidades Autónomas.
La respuesta en el próximo capítulo de “El Diablo está en los detalles”.
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