Sunday, April 17, 2005

Las moscas 18/6/92



Moscas de todas las horas,
De infancia y adolescencia,
De mi juventud dorada;
De esta segunda inocencia,
Que da en no creer en nada, en nada.

Estrofa de Antonio Machado.


[Dedicado a Sandra, Mirella y Mercedes, donde quieran que estén]

Esta mañana, mientras esperaba el ascensor, un señor se presentó
con uno de esos collarines que le mandan a poner a la gente que

tiene accidentes relacionados con la columna vertebral. No se si una
sonrisa involuntaria me traicionó, de alguna manera relaciono a tales collarines con uno de los episodios mas cómicos de mi época de bachiller..el pobre hombre nunca se imaginaría que me hacia pensar en las mosquitas drosophilas.

Teníamos que realizar un trabajo de biología. Un experimento de
genética sobre las moscas de vinagre, o de cambur, mas finamente
llamadas "moscas drosophilas". La profesora nos daba todo el mes de Diciembrepara que atrapáramos unas cuantas moscas, las durmiéramos con un algodón empapado en éter, le viéramos el sexo con una lupa, separáramos las hembras de los machos y luego metiéramos a las mosquitas en un mismo frasco. El experimento genético debía hacerse con mosquitas vírgenes, asi que debíamos estar atentas al menor signo de nacimiento de mosquitas, para meterlas en un frasco aparte....

Mi experimento debia ser la influencia de la cortisona en el desarrollo de las mosquitas. No que yo tuviera ningún interés particular en la cortisona, sino que la disponibilidad de un colirio de cortisona en la dispensa hacia el experimento menos complicado que el de Sandra, el cual era la influencia de la luz ultravioleta en el desarrollo de las mosquitas o que el de Lourdes, la influencia de los rayos X. Solamente Lourdes (quien con los años terminó siendo medico) tenía la paciencia de atravesar la ciudad , en pleno Diciembre, con unos frascos llenos de mosquitas para irlos a meter debajo del aparato de rayos X mas cercano.

Asi que las goticas de colirio de cortisona en la comida de la primera generación de mosquitas me parecía una mejor idea que la de atravesar la ciudad cargada de frascos. Pero, ay de mi, las moscas se morían por el exceso de éter, y después eso de separar a las hembras de los machos no era tan fácil como parecía..lo peor es que solo después de algunas semanas, cuando aparecían unas mosquitas chiquititas en el frasco de las hembras, me daba yo cuenta de que me había equivocado. Asi que, semana tras semana, volvía a hacer el menjurje de papelón y cambur para atraer a las moscas y empezaba el experimento desde cero.

Mientras tanto, las moscas de Sandra estaban cada vez mas hermosas. En mi visita navideña puede darme cuenta de que había detectado una mutación en el color de los ojos y de las alas de las moscas...Sandra ya iba como por la cuarta generación de moscas mientras yo seguía comenzando el experimento desde cero...

Mi consuelo eran Mirella y Mercedes. No recuerdo exactamente su experimento pero era algo asi como la influencia de la luz en las mosquitas: metían a las moscas media hora en un cuarto oscuro y luego media hora en el sol. Por lo menos, eso decían ellas. A mi se me hacia difícil visualizar a mis dos amigas cronometrando el numero exacto de minutos de sol que cada tipo de mosca necesitaba, y, efectivamente, no había visto mosca alguna casa de Mirella "están casa de Mercedes", me decía Mirella, y Mercedes: "están donde Mirella"....

Por el 31 de Diciembre, ya había entendido como separar a las moscas como era debido. Sin embargo, ahí comenzó el dosage de cortisona...una a una, las generaciones de mosquitas se iban muriendo a medida que la fecha fatal del 20 de Enero se aproximaba mientras yo intentaba desesperadamente disminuir la dosis al punto conveniente.

El dia de la entrega, Lourdes se presento con media docena de
frascos clasificados y nos expuso, con retroproyector y todo,
como había llevado a cabo el experimento. Yo me presenté con mis frascos de autenticas mosquitas muertas y un grueso reporte que explicaba como había llegado a la conclusión del experimento. Sandra también se apareció son sus numerosos frascos e hizo una exposición digna de Lourdes....pero ni Mirella ni Mercedes aparecieron.

Al dia siguiente, Mercedes y Mirella llegaron con sendos collarines, Mercedes tenia incluso un yeso...

"Tuvimos un accidente ayer, justo cuando veníamos a traer a las
mosquitas", y como muestra, alzaban el brazo con el yeso y daban

muestras de no poder voltear el cuello..Después entregaron un frasco
roto..

"Las moscas murieron en el accidente", declararon, de manera lúgubre.

Yo tuve que salirme del salón porque no podía contener la risa.
Por la cara de circunstancia que Mercedes y Mirella tenían, casi

que había que darles el pésame o componerle un réquiem a las moscas.

Los males de cuello de Mercedes y Mirella no duraron mucho tiempo,
y el yeso desapareció en pocos días...

Años mas tarde, Mirella se reía conmigo del incidente y me preguntaba:

"¿Y tú como hiciste, Bruni?"

"Ah, yo, nada, a mi todas las moscas se me murieron"

"¿Y cuánto te pusieron en el trabajo?"

"Veinte"

"¿Veinte? Yo con todo y el collarín termine sacando quince"

"¡Ah! pero la conclusión de mi trabajo era muy buena, irrefutable"
Y acto seguido le explique solemnemente que...

"La cortisona es mortal para el desarrollo de las mosquitas drosophilas"

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