Monday, August 07, 2006

Chávez en la oposición

Venezuela es, políticamente, un país único en el mundo. No creo que exista otro país catalogado como democrático donde el candidato-Presidente haga campaña en su programa dominical en contra de su propio gobierno.

Por supuesto que tampoco existe país democrático alguno donde se acepte que el candidato-Presidente pueda tener seis horas de antena pública a su disposición, gratuitamente y sin compartir, durante cada una de las semanas que durará la campaña electoral.

De hecho, Alo Presidente y la aprobación alcahueta que el CNE le ha dado durante la campaña electoral, no es más que un reflejo de cuán disfuncional es la democracia Venezolana en estos momentos.

En los últimos ocho años, los venezolanos, dejándose llevar por las promesas populistas y el intenso carisma del teniente coronel golpista, dejaron, elección tras elección, que la democracia se les fuera de las manos. Tal como indica Javier Corrales en el artículo de Foreign Affairs “Hugo Boss” [1], Chávez ha inventado un nuevo tipo de autocracia a la que el mundo no está acostumbrado. Una autocracia que, con un aparente barniz demócrata, controla todos los poderes, mientras acaba con cualquier tipo de oposición y disidencia.

Dice la filosofía popular que hay que cuidarse bien de lo que se añore, porque a lo mejor se obtiene. La lección parece aplicarse al dedillo en estos momentos al Presidente Hugo Chávez, quien de tanto trabajar para aniquilar a la oposición y abarcar todos los Poderes, comienza a vivir en carne propia las consecuencias de sus esfuerzos.

En una campaña electoral con una oposición ausente y en un país con absolutamente todas las instituciones del Estado controladas por el Chavismo, es muy difícil echarle la culpa a nadie más.

La estrategia del Presidente es entonces disociarse de su gobierno para separar la incompetencia del mismo de su persona, como si los ministros, diputados, directores, y las respectivas políticas de Estado y leyes que han sido pensadas y creadas por y para Hugo Chávez, no tuvieran nada que ver con el mismo.

Este Domingo pudimos vislumbrar tal estrategia.

En estos momentos, las encuestan apuntan a que la primera fuente de insatisfacción de los Venezolanos es la Seguridad Personal. No se trata de un miedo infundado ya que las estadísticas de muertes y crímenes en el país, que siempre fueron altas, han aumentado enormemente en los siete años de gobierno Chavista, colocando a Venezuela en los primeros lugares del hit parade de los paises más peligrosos del mundo.

Como respuesta, Hugo Chávez, en el último Alo Presidente, instó públicamente a su Ministro del Interior [2] a mejorar las cosas relativas a la Seguridad Personal o a renunciar, exactamente como lo habría hecho, en cualquier democracia sana del mundo, el jefe de la oposición oficial.

El triste detalle de la historia es que, en la enferma democracia Venezolana, el jefe de la oposición es el mismo Hugo Chávez.

Referencias

[1] Corrales, Javier. ``Hugo Boss’’ Foreign Affairs, Enero-Febrero 2006.

[2] Diaz, Sara C.. ``Chávez exige acabar con latifundios”, EUD, Agosto 7, 2006.

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