Wednesday, August 02, 2006

El Diablo está en los detalles. Capítulo IV. Un Elector, un Voto: tinta indeleble o captahuellas?

La primera vez que oí hablar de las captahuellas electorales me llamó la atención la cantidad de retos técnicos y logísticos que había que superar para poder instalar tal sistema y me pregunté si realmente la posibilidad de votos múltiples en Venezuela justificaban la compra e implantación de un sistema tan oneroso y complicado. De hecho, en un panfleto de la compañía COGENT, ganadora de la licitación, se especifica que nunca antes se había puesto en marcha un sistema semejante, con tantos retos técnicos como el que se había montado en Venezuela [1].

Pero, independientemente de si se puede o no se puede técnicamente poner en práctica con éxito tal sistema, la pregunta que me ha dado vueltas en la mente es si las rectoras [2] que defienden las captahuellas tienen razón, si, efectivamente, las captahuellas garantizan la premisa de

“Un Elector, un Voto”.

Decidí entonces investigar un poco sobre los sistemas de reconocimientos de huellas dactilares.

Encontré que tales sistemas son utilizados sobre todo en identificaciones criminalísticas y que existen dos tipos de problemas.

Según el primero llamado “1:1” ó “one-to-one” , la huella dactilar se compara con una huella que se piensa es de la persona. Por ejemplo se compara la huella de Pedro Pérez con la huella que las autoridades tienen de Pedro Pérez y se determina si se trata de la misma huella.

El segundo problema es el “1:N” ó “one-to-many”. Esta vez se quiere saber si la huella de Pedro Pérez se encuentra entre un conjunto de huellas guardadas por las autoridades. Por supuesto que el segundo tipo de búsqueda es más complicado y puede dar un porcentaje más elevado de errores que el primero.

Lógicamente, en las elecciones, me dije, los dos tipos de reconocimientos debían hacerse: determinar si Pedro Pérez es quien dice ser y luego determinar si ya votó.

No pude obtener confirmación oficial de ésto, pero me han informado que sólo el segundo tipo de verificación se hizo en las elecciones Venezolanas, es decir, el “one to

many” mientras que la determinación de si Pedro Pérez es Pedro Pérez se realizó con la cédula de identidad.

Seguidamente, intenté saber más sobre las maneras de verificar tales sistemas. Encontré entonces que el National Institute of Standards and Technologies (NIST) de Estados Unidos realiza tests para determinar la precisión de varios sistemas comerciales, entre los cuales están los sistemas de COGENT.

La evaluación se hace siguiendo dos criterios conjuntos, el TAR y el FAR . Según uno de los reportes del NIST [3], el TAR (True Accept Rate) es definido como la fracción de aciertos de identidad del algoritmo, mientras que el FAR (False Accept Rate) es definido como la fracción de falsos reconocimientos de identidad.

Ahora bien, aunque los sistemas de COGENT recibieron excelentes revisiones en los tests independientes que fueron realizados, las ratas de precisión no fueron del 100%.

Veamos, por ejemplo, los resultados relativos a los sistemas de identificación de individuos presentados por el NIST en el Congreso de Biométrica en el año 2004 [4] (ver página 16). Según la presentación, se encontró que, en tests de identificación de visitantes, la tecnología de COGENT tenía un TAR de 98% cuando se usaban bases de datos de huellas dactilares de gran calidad y que podía bajar a 47% cuando se usaban bases de datos con huellas de baja calidad. En ambos casos se encontró un FAR (falsos positivos) de 0.01%.

Notemos que tales resultados fueron realizados en condiciones ideales, para sistemas con mucho menos restricciones físicas y logísticas que las que se pueden tener en el caso de unas elecciones nacionales, que deben funcionar en tiempo real.

Guardemos estas cifras en mente por el momento y hagamos ahora un análisis de las posibilidades de resultados de la aplicación de captahuellas en las elecciones Venezolanas.

Cuando un votante se presenta a la captahuella, hay dos posibilidades: que sea un votante honesto (no haya votado todavía) o que sea un votante tramposo (ya votó y quiere volver a votar). Por otro lado, el sistema de verificación de captahuellas puede responder acertáda o erróneamente si el votante votó o no, o, incluso, puede no encontrar la huella o tardarse más que el tiempo requerido. Tenemos, entonces las situaciones siguientes:


Verdadera situación del votante

Respuesta del sistema

Interpretación del resultado

Qué dice la ley [5]

Caso1

No votó

No votó

correcto

Permite votar

Caso2

No votó

Votó

error

No permite votar

Caso3

No votó

No encuentra

error

Permite votar

Caso4

Votó

Votó

correcto

No Permite votar

Caso5

Votó

No votó

error

Permite votar

Caso6

Votó

No encuentra

error

Permite votar

Como ven, es un sistema mucho mas complejo que el sistema de simplemente identificar a Pedro Pérez ya sea de manera individual o con una base de datos de muchas huellas dactilares. Así que si se diseñaran tests para evaluar la confiabilidad de la respuestas de tales sistemas, los niveles de imprecisión serían superiores a los que han encontrado en los simples sistemas de identificación.

Ahora bien, supongamos por un instante que podemos aplicar el TAR que se dió antes a nuestro sistema. Es decir, digamos que el TAR es 98% para huellas dactilares excelentes y que baja a 47% para huellas de baja calidad. El TAR da la rata de buen funcionamiento que, en nuestro sistema, consiste en los casos 1 y 4. Digamos también que sólo un 25% de las huellas guardadas en la base de datos del CNE son de baja calidad y, finalmente, digamos que habrán 10 millones de electores. En ese caso, se obtendría que sólo 8.52 millones de electores entran dentro de la categoría de “Un Elector, un Voto” los 1.48 millones faltantes caerían en los casos de error. Según la ley, en los casos 3 , 5 y 6 se permite votar y, entre ellos, no sabemos si hay casos de votos múltiples.

Por supuesto que si el CNE fuera serio, ya nos habría informado de cuántos casos ha habido de votos múltiples y de falsos reconocimientos de las maquinitas. Después de tantos millones gastados en las mismas, los Venezolanos merecemos saber cuánto es realmente el TAR y otras estadísticas de error de nuestro oneroso sistema ¿No?

Una cosa es cierta, el CNE NO tiene razón: las máquinas captahuellas NO GARANTIZAN el principio de “Un Elector, un Voto”.

….Y más rápida y mucho más barata sale la tinta indeleble.

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Nota: después de publicar este post, un lector me indicó que la información sobre el número de votantes "tramposos" había sido publicada en una tabla de un artículo del 30 de julio del 2006, en el periódico Últimas Noticias (página 30) y que, por lo tanto, mi frase sobre la no publicación de los datos del CNE era inexacta. Según la tabla de Últimas Noticias, entre el Referendo Revocatorio y las últimas elecciones de Alcaldes y gobernadores ha habido un total de 53 votantes dobles.

Esta cifra demuestra que no sólo el sistema no es confiable y, a su vez, genera desconfianza, sino que el ínfimo número de casos de trampa no justifica el costo y la zozobra política que ha creado.

Descubrí que, en la misma tabla, aparecen una serie de datos sobre unas llamadas "zonas grises", un cierto número de electores que no pueden ser plenamente identificados por el sistema. Estos números son bien elevados y parecen demostrar aún con más fuerza el hecho de que las máquinas no garantizan el principio de "un elector, un voto".

Otro lector me indicó que en el documento de CAPEL habían informaciones sobre las huellas digitales. Una revisión rápida me permitió verificar que el porcentaje de huellas de mala calidad es también más elevado que la hipótesis de 25% que indiqué en este post. Ello implica que el número de errores producidos por las máquinas captahuellas debido a la mala calidad de las huellas es incluso mayor que lo previsto.

Es decir que, mientras más consigo detalles sobre las captahuellas, más aumenta el atractivo de la tinta indeleble.

Es por eso que el Diablo siempre está en los detalles.

Referencias

[1] Documento de COGENT, “One Voter one Vote”.

[2] El Nacional, 30 de Julio, página A2. Referencia a las rectoras Lucena y Hernández.

[3] Fingerprint Vendor Technology Evaluation 2003, Análisis Report. National Institute of Standards and Technology.

[4] Wilson, C.L., “NIST Patriot Act Biometric Testing”, Biometrics Conference, 2004.

[5] CNE, Resolución N° 041022-1621, “Normas sobre el procedimiento de captación de huellas dactilares y garantía del principio de un elector un voto en las elecciones regionales 2004”.


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