Friday, April 01, 2011

Retrato de una sociedad. Capítulo 1: el país de las Misses



Mido un metro cincuenta y ocho pero nunca me consideré chiquita hasta el día en el que me fui a medir mi vestido de novia. Ése día me encontré con un magnífico ejemplar del género femenino, montada encima de un pedestal de modista y mirándose frente a un espejo . Tenía los ojos muy maquillados, el pelo de medio largo que recordaba vagamente una imagen egipcia, los labios muy rojos y las mejillas exageradas por el colorete. Pero lo que me impresionó fue la estatura; de hecho, ayudada por unos afilados tacones de doce centímetros y el taburete de la modista, Pilín León me sacaba casi dos cabezas.
Años más tarde vería en una entrevista de la televisión suiza a Osmel Sousa en la que se le preguntaba porqué las Misses debían sera todas altas. Osmel respondió que era porque las mujeres chiquitas eran desproporcionadas. A la pregunta de porqué no había habido Miss Venezuelas de color, respondía que lamentablemente la raza africana que había llegado a Venezuela no era muy bonita. Finalmente, a la pregunta de qué le respondía a aquellos que criticaban al Miss Venezuela por ser un concurso de belleza, indicaba que de todas aquellas que durante decenios habían criticado el certamen, el no sacaba ...ni una triste candidata...

Sólo en Venezuela puede alguien darse el lujo de burlarse tan abiertamente de la rectitud política. Se podrá decir cualquier cosa de Osmel Sousa, pero nunca que falta de sinceridad.

Ahora bien, ese metro cincuenta y ocho con el que he vivido toda la vida, parece darle una cierta razón a Osmel, no porque considere que sea desproporcionada, sino porque me inhabilitó para siempre  a aspirar a cualquier concurso de belleza. Por lo tanto, cuando en pocos momentos me pronuncie en contra del certamen, muchos pensarán que quizás la tesis de Osmel es acertada, y que si hubiese heredado la estatura de mi padre, a lo mejor no estaría criticando su obra en unos cuentos intrascendentes.

Pero la genética no quiso premiarme de esa manera, así que nunca sabremos si mi opinión hubiese sido distinta. Mi opinión no reposa sobre la participación de las Misses al certamen de belleza ni la celebración del mismo, ya que en el fondo, el certamen no es más que uno de los tantos medios de explotar una ventaja dada por la naturaleza. Mi opinión critica más bien la sociedad venezolana que le da un puesto tan importante al concurso y a todo lo que sea apariencia física en la vida cotidiana.

En Venezuela, el crescendo de los peores insultos va de fea, a gorda, a vieja. Como si lo más terrible que se le pueda decir a una mujer es que demuestre su edad o que está pasada de kilos. En Venezuela, la belleza es tan importante, que hasta las mujeres más revolucionarias consideran la cirujía plástica como un bien social, al cual todos deberían tener derecho. No les falta razón ya que en un país donde la belleza es el valor más preciado y sin el cual es difícil tener igualdad de oportunidades, obtener el valor termina siendo una necesidad básica, tan importante como el derecho a la medicina o a la educación.

Pero porqué es tan grave ese girar alrededor de la belleza? Por varias razones. Antes que nada, la belleza es un bien individual y no colectivo. Por lo tanto, al empujarlo, se exhacerba el individualismo, siendo un individualismo, además, que nada aporta al conjunto de la sociedad. En segundo lugar, porque una sociedad se define por sus valores, y la belleza es un valor efímero y superficial, con el que se nace, que no se adquiere y que al final se pierde, a pesar de los muchos esfuerzos. Finalmente, porque al enfocarlo todo hacia la belleza, la sociedad se vuelve totalmente superficial y se olvida de los otro valores, mucho más profundos e importantes, que deberían ser vehiculados para tener un mejor país.

No es casualidad que el país de la belleza terminara eligiendo a un Hugo Chávez. No es casualidad porque la elección de Chávez obedece inicialmente a un impulso, un poco infantil, de creer en el cambio, así todos los parámetros indicaran que el cambio no sería para mejor. Sólo una sociedad de valores superficiales se deja embaucar con ese tipo de personaje.

Para que Venezuela eche pa'lante no sólo hay que cambiar a Chávez, sino cambiar de valores. Créanmelo, seremos un país mejor cuando nos olvidemos del Miss Venezuela.

6 comments:

liz said...

Bruni,
pero cómo carrizo elegimos al hombre más horroroso -por dentro y por fuera!- como presidente??

Hablando mas en serio... es muy cierto. En este momento de crisis económica, sólo las peluquerías y los supermercados se salvan.

Vas a cualquier centro comercial en Ccs. y lo que sobran son peluquerías, y ni te cuento lo que cobran!

Aunque creo que el otro mejor negocio es la venta de blackberry. La gente va a la playa y no lleva ni bronceador... pero sí tienen un tremendo BB para tomarse las fotos. He preguntado más de una vez -inocente yo- para qué necesitan algo tan costoso y cuyo servicio de internet es más caro aún y me dicen que lo vale; pues la inmediatez de mandar las foticos es increible.

En fin, qué vacios somos!

Roberto N said...

A mi lo que me decepciona es el giro que ha tomado la belleza Venezolana.

Mucho antes de la invasion de cirujia plastica que descendio sobre Venezuela se decia que como pais las mujeres Venezolanas eran las mas bellas del planeta. Y no solo en fisico, sino que tambien la belleza interna que tenia su efecto sobre la belleza externa.

De verdad que despues de tanto viajar me di cuenta que era verdad.

Fast Forward a estos tiempos y es increible como el culto hacia lo que se considera la belleza tiene tanto auge. Y no solo en Venezuela sino casi que en toda Latinoamerica.

Hoy dia, lamentablemente lo que se dice de la belleza Venezolana es que no hay mujeres feas sino hombres pobres! Hay mas silicona que fabrica de zapato y tanto nervio paralizado!

liz said...

Se me había pasado ese detalle... ser cirujano plástico aquí es como tener una maquinita de hacer real!

Unknown said...

Excelente comentario, Bruni, como de costumbre.
Mi vecinita de 4 años lloraba amargamente después de apagar las velitas de su torta porque se estaba poniendo vieja. Qué tal? Es que aquí la gente se deprime por todo, por su cumpleaños, por el de su pareja, por un kilito de más…
Tienes razón, la frivolidad mantiene ocupado al venezolano, alejándolo del progreso y hasta de la felicidad.

Anonymous said...

Unfortunately, a country that prides itself of having beautiful women when they the majority are subject to the plastic knife is really empty, it's not even real, like for example Indian women are famous for their hair... in this case is not even real... imagine how psychologically damaging this is not only for women, but for the whole country's physique. The inferiority complex have to grow with this. It's more complex and more hollistic (to the country) than what it looks. Great writing as usual, Bruni. Cheers,

Anonymous said...

My previous comment, didn't want to imply that Venezuelan girls are not pretty, as a matter of fact my classmates were in their majority, stunning. But the whole concept that everybody have to fit a pattern to look beautiful, that's kinda what I was saying. The super long ironed hair, with the deformed and gigantic t and a and etc... that's not real