La Libertad de expresión y Caracas Ciudad de Despedidas

 

Yo no se si echarle la culpa a Chávez, a Internet, o a las redes sociales, pero me he quedado asombrada con la reacción virulenta al video "Caracas Ciudad de Despedidas". 


El video recoge una realidad. La de unos jóvenes Caraqueños que ven que su ciudad, la ciudad que quieren y en la que quieren vivir, se ha convertido en una ciudad de despedidas. Los muchachos hablan con candor, sin tapujos, sin tratar de ser políticamente correctos y dicen exactamente lo que sienten.


El video está bien hecho. Es una fotografía sin otro mensaje que el del título y, sin embargo, la fotografía sin mensaje, termina diciendo en voz alta lo que una gran parte de los caraqueños, los venezolanos, sienten.


Los muchachos, por su parte, no insultan a nadie, no culpan a nadie. Simplemente expresan lo que piensan. Se trata si, de muchachos "bien", hijos de familias de clase media alta, o alta y punto. Pero ellos mismos, desde la hermosa vista de la parte de la ciudad donde viven, saben que son los privilegiados que no han salido del "Este del Este", cuyas familias y amigos terminarán emigrando a Miami, a España, a Canadá.


Como dije al inicio, la reacción al video ha sido virulenta. Los muchachos han sido literalmente echados al escarnio público. Por ejemplo, la chica que dice, de manera ingenua, algo que todos pensamos, que Caracas es linda cuando no tiene gente (que tire la primera piedra el que no haya deseado en Semana Santa que cierren las entradas de Caracas para que se quede siempre así), es representada como Hitler. A otros se les llama idiotas y se les desea que se vayan de una vez.

La reacción ha sido tan fuerte que los creadores del video lo han sacado de la circulación para disminuir el efecto en los amigos que se prestaron a ser protagonistas del mismo.


¿Qué ha pasado? ¿Porqué esa falta de tolerancia? ¿Porqué esa necesidad de atacar, criticar y acosar de manera tan virulenta?¿Porqué esa necesidad de callar una opinión de una parte de la población caraqueña?

Hay quienes critican la falta de "comprensión social que presentan los muchachos". A esos, les respondo que no lo sabemos: el video es una simple fotografía de una realidad. Los muchachos pueden, a lo mejor, ser dirigentes estudiantiles o trabajadores sociales, pero simplemente decidieron no decirlo. Y, si a eso vamos, ¿la frase del "Este del este" no es, en el fondo una autocrítica a su propia clase? 


Otros se ven con el derecho de burlarse, de insultar, de caricaturizar, cuando, en el fondo, todo lo que los muchachos hicieron fue emitir una opinión sobre la realidad que viven. Así como los muchachos de los cerros emiten opiniones sobre su realidad, los transvestis sobre la suya, los pescadores sobre las suyas, etc etc. Cada quien tiene su perspectiva de la vida y el derecho inalienable de expresarse al respecto.


Al principio de este post, les dije que no sabía si culpar a Chávez, a Internet o a las redes sociales. ¿Porqué? Me dirán Uds, ¿Qué tienen que ver Chávez, Internet y las redes sociales con todo esto? Chávez, por crear un clima de intolerancia y de división social, racial y política. Cuando un Presidente se permite llamar "majunche" al candidato opositor, elegido democráticamente por millones de ciudadanos y se permite utilizar el término "escuálido" contra aquellos que no comulgan con su opción política, abre simplemente las puertas a la la confrontanción pública y el insulto. 


Además, Chávez ha llevado a niveles nunca antes alcanzados la polarización ideológica y ha hecho aceptable el insulto y la humillación personal como armas de discurso público, de lado y lado del espectro político. La sociedad venezolana se ha convertido, entonces, en un hervidero de intolerancia , donde la libertad de expresión existe sólo cuando conviene y sólo para aquellos que piensen igual que uno.


Hablé también de Internet y de redes sociales como responsables parciales de la situación. Da la casualidad de que Chávez ha gobernado, justamente,  al mismo tiempo en que Internet y las redes sociales se han vuelto omnipresentes, sobre todo para los Venezolanos. Entonces, ese viso de intolerancia viaja a la velocidad de la luz y es multiplicado por por cien, por mil, por un millón, en cada tweet, en cada comentario que se hace en Facebook, o en foros populares. Ahí si, en aras de la libertad de expresión más total, los que twittean, o escriben pueden decir, repetir, exagerar, extender lo que les da la gana.


Se trata de una curiosa situación en la que la Libertad de Expresión sirve para callar la libertad de expresión.