Monday, August 15, 2005

El Enigma de Agosto




Dedico este cuento intrascendente
a todos aquellos que, a pesar de los
escollos, usaron apasionadamente
sus conocimentos, sus medios y su
tiempo libre en una búsqueda incansable
de la verdad.

Esta es una historia que muchos venezolanos vivieron de manera diferente. Unos con angustia, otros con alegría, otros con stress y otros con sorpresa, pero definitivamente, nadie con indiferencia. Es la historia de otro de los acertijos [1,2] que los Venezolanos han vivido durante el gobierno de Chávez. Esta es mi historia.

Me parece inaudito que los Venezolanos, de una manera u otra, hayan llevado al poder a un caudillo golpista y populista. Nunca tuve que votar por el, pero nunca hubiese votado por el, de todas maneras. Mi idea de lo que debe ser un país, con instituciones fuertes y democráticas, nada tiene que ver con la concepción autocrática, torpe y miope que el desconocido teniente coronel Chávez le comenzó a vender a los venezolanos aquel 4 de febrero del 92 al aceptar la derrota después de su fallido golpe de estado .

Nunca tuve que pronunciarme porque tenía tiempo viviendo en el exterior. Nunca tuve que lidear con la destrucción de las instituciones, con el divisionismo chavista, con los odios ni el desgaste cotidiano que el chavismo introdujo en el pais. Nunca tuve que oir Alo presidente. Chávez estaba a mas de cinco horas de avión de mi cotidianidad, y a pesar de que pasaba rabietas estelares leyendo los periódicos o hablando con amigos, me daba cuenta de que el chavismo estaba tan lejos que, de manera práctica, no tenía porqué vivirlo.

Seguí los intríngulis de los firmazos y el vaivén del conteo de firmas y me preparé para cualquier resultado en el Revocatorio. Mi impresión era que todo era posible y que debía estar lista para la posibilidad de un triunfo de Chávez. Me decía lista, pero nada podía prepararme a lo que vino después.

Mi hermano que vive en California había venido con su esposa y su bebé a pasar unos de sus pocos días de vacaciones conmigo. Por casualidad, la estadía coincidió con el referendo.

Tengo dos hermanos. Uno es simpaticón, sangre liviana y abogado. El otro es un profesor de estadísticas muy serio y exigente. La suerte quiso que fuese justamente el estadístico el que me acompañara en esos momentos. Siempre me llama la atención las vueltas que da la vida. Si mi hermano hubiese decidido escoger una rama diferente de las matemáticas cuando decidió su profesión, quizás mi percepción de la situación Venezolana hoy en día sería diferente.

Pasamos el día agradablemente. En el comedor de mi casa, nos conectamos cada quien con nuestras portátiles y desde allí seguimos las noticias que heroicos bloggers publicaban en vivo desde los centros de votación y las que nos hacían llegar nuestros amigos por correo electrónico. Todos reportaban colas monumentales, algunos se habían tardado hasta 9 horas en votar. Las noticias eran buenas, los exits polls parecían favorecer netamente a la oposición. Antes de acostarnos vimos por Internet una rueda de prensa de la coordinadora democrática donde las sonrisas de oreja a oreja abundaban y donde claramente se implicaba que habían ganado, y fácil. También vimos a Jorge Rodríguez dando declaraciones. Se veía cansado y serio. Tenía el lenguaje corporal y la expresión de alguien derrotado.

Nos fuimos a dormir, no sin que antes nos hayamos dicho que no había que celebrar todavía, porque con Chávez nunca se sabe.

Fuimos boca de cabra.

A las seis de la mañana mi esposo nos despertó con la insólita noticia de que Chávez había ganado con exactamente el contrario de los votos que daban los exits polls.

Leímos las insólitas declaraciones dadas a las tres de la mañana por Carrasquero, el presidente del CNE, y seguimos todas las noticias que podía darnos CNN. Después llamamos a algunos amigos que confirmaron la situación. Estaban asustados ante la magnitud de lo ocurrido. Nos imaginábamos lo poco clara que debía ser la situación en Caracas en aquellos momentos.

Comenzamos entonces a llamar sistemáticamente por teléfono a todo aquel que pudiese tener informaciones y datos. Queríamos saber cúal era la verdad. Hicimos no menos de cuarenta llamadas internacionales en unas pocas horas. Lo cual no fue tarea fácil. De hecho yo había cancelado, después de un diferendo con la compañía, mi cuenta de servicio interurbano local justo la semana antes, así que nos tocaba agregar a toda llamada internacional las siete cifras suplementarias del nuevo operador. Mi hermano se quejaba en cada llamada de mi mal timing, pero al final pudimos contactar a amigos estadísticos, ingenieros, computistas, matemáticos, físicos, todos aquellos que conocíamos que pudieran darnos informaciones o enviarnos datos. La idea era obtener los datos para analizar la amplitud de la discrepancia entre los exits polls y los resultados.

Por fin, mi hermano consiguió que le enviaran los resultados de los exits polls de Súmate y de Primero Justicia para compararlos con los resultados del CNE. El comedor de mi casa se convirtió entonces en un verdadero centro de cálculo. Mi hermano y mi cuñada (también profesora de estadística) se sentaron frente a sus portátiles a analizar meticulosamente los datos obtenidos de los exits polls y a compararlos con aquellos obtenidos en el referendo. Trabajaron intensamente días enteros, a pesar del pequeñín que gateaba de la sala al comedor e indicaba con su llanto que ya estaba fastidiado de estar siempre con tíos y primos.

Mi esposo se ocupaba de obtener informaciones en Internet. Yo hacía llamadas telefónicas, chequeaba mi mail y preparaba unas comidas rápidas, estilo campamento de guerra. Mis hijos jugaban con el bebé, hacían mandados o iban a buscar libros de referencia a la biblioteca.

A pesar de no ser estadística, mi formación de ingeniero me permitía entender los resultados que mi hermano y mi cuñada iban sacando. En la mayoría de los centros de votación existía una discrepancia significativa entre los exit polls y los resultados publicados por el CNE, y eso, para todos los estados. El sesgo no podía ser explicado por factores tales como la escogencia de los centros de votación. Mi hermano y mi cuñada, con la seriedad profesional que caracteriza a ambos, repitieron meticulosamente cada análisis varias veces para asegurarse de que no se trataba de errores. El análisis que muestra tales discrepancias, aparece en el reporte que cito al final como referencia [3].

Por mi parte, yo había leido que iba a haber una auditoria basada en un muestreo aleatorio de cajas. La palabra “aleatorio” siempre prende una alarma en mi mente. Los que trabajamos con simulaciones aleatorias, sabemos que la aleatoriedad es un concepto efímero que mucha gente no entiende. Un generador de números aleatorios es simplemente una fórmula que se programa. La fórmula da una secuencia de números que son generados a partir de la semilla de generación. Si la semilla no cambia, cada vez que el programa corra dará la misma secuencia. Además, todos los generadores aleatorios tienen un período, es decir un lapso tras el cual la secuencia de números se repite, con lo cual son en realidad generadores pseudoaleatorios. Un buen generador se distingue de un mal generador en qué tan largo es el período y qué tan predecibles son los números obtenidos. Es bien sabido que muchos generadores comerciales, como el de Excel, están lejos de ser aleatorios.

Cuando supe de la auditoría, traté por todos los medios alertar sobre el problema de la la aleatoriedad de la generación. ¿A quién? A quien fuese: escribí mails, llamé por teléfono, hice posts en blogs venezolanos. Mis colegas que estaban al tanto de lo que estaba pasando en Venezuela, se burlaban de mis pretenciones. ¿Cómo iba yo a pensar que el Centro Carter no supiera de eso?

Yo tenía mis dudas. El Centro Carter, me dije, debía tener experiencia sobre todo en elecciones manuales y, además, debe estar dirigido por científicos sociales. Este era un problema de matemáticas y de informática. Conozco mucha gente que incluso trabajando en informática se olvidan a menudo de la importancia de la semilla y de que la generación es pseudoaleatoria. ¿Qué programa iban a usar?¿Cómo iban a escoger la semilla?

De nada valieron mis preocupaciones. La oposición decidió no presentarse a la auditoría, que el Centro Carter y la OEA llevaron a cabo con sólo el CNE presente.

Durante los días que siguieron, el mundo científico relacionado con Venezuela entró en efervescencia. Varios académicos de todas partes del mundo comenzaron a sacar estudios sobre diversos aspectos de los resultados obtenidos por el CNE. Muchos de éllos fueron detalladamente explicados y compilados en [4]. Yo, por mi parte, quería sobre todo saber cómo diablos se había escogido la semilla de la generación en la última auditoría. Le escribí al Centro Carter y recibí una respuesta cortés y fría donde me indicaban brevemente que, en vista de que la oposición no había estado presente y que ellos se consideraban observadores, la semilla había sido escogida por el CNE.

No lo podía creer. ¡La única garantía que los venezolanos tenían de asegurarse de que la auditoría era efectivamente aleatoria, había caido justamente en manos del organismo cuya transparencia se ponía en duda!

Me indigné con todos los actores: con la oposición por no estar presente, con el Centro Carter y la OEA por dejar que todo eso ocurriera y con el mismo CNE por aceptar tener la batuta en ese momento donde lo que se necesitaba era que tuviese credibilidad.

Algún tiempo después, leí, en el informe del Centro Carter, que incluso la computadora y el programa utilizados eran del CNE . En un email de una de las personas involucradas con la auditoría, se explicaba que éllo se debía a que no estaba lista la entrada de datos para utilizar el programa del Centro Carter, que era un programa basado en Excel. Algunos computistas en Internet clamaron entonces que como todo se había realizado en la máquina del CNE, no hacía falta saber la semilla, un script hubiese podido simular la corrida del programa y sacar una lista pre-establecida de máquinas por auditar. Yo, por mi parte, estaba escandalizada de que el Centro Carter hubiese siquiera considerado utilizar un programa Excel, el cual es uno de los peores que existen en materia de generación de números pseudo-aleatorios.

La idea que cruzó mi mente fue la constatación de cómo el mundo puede ser ingenuo frente a organismos e instituciones y como poco a poco esa ingenuidad está desapareciendo. Es una situación parecida a la ingenuidad que tenía de pequeña cuando creía que la tecnología era invencible, creada por genios infalibles. Hoy en día, que conozco las limitaciones de la gente, de los sistemas, de los cálculos y de los modelos, me pregunto, cada vez que me monto en un avión, cuántos errores dejaron los computistas en el software de diseño y si los expertos en confiabilidad habrían usado buenas semillas y programas para generar y estudiar los eventos aleatorios.

Ya no tengo confianzas ciegas, como dice el famoso dicho “The Devil is in the details” (el diablo está en los detalles).

En los días que siguieron, vimos con desazón y asombro como el Centro Carter y la OEA aceptaban como finales los resultados de la auditoría y como los paises y la prensa internacional se apresuraban, sin hacerse mas preguntas, en dar la buena nueva del triunfo rotundo de Chávez.

Al final de una semana de trabajo intenso, decidimos todos salir a dar un paseo por St.Lambert, una municipalidad que se encuentra al sur de la isla de Montreal. Se trata de una zona de yuppies, totalmente alejada de los intereses cosmopolitas de una ciudad como Montreal. Ya verán porqué hago tal comentario. Almorzamos en una agradable terraza y decidimos olvidarnos de Chávez, de estadísticas y de números aleatorios. Habíamos ya perdido todas las vacaciones familiares en contactar, alertar, estudiar y compilar datos y debíamos al menos pasar un solo día de esparcimiento. Nos sacamos algunas fotos de turistas y desde el restaurante caminamos lentamente hacia la calle principal del pueblo que, casualmente, estaba cerrada por estar de verbena. Era una verbena lánguida porque no había mucha gente. Apenas dos payasos y un kiosko con música trataban de animar a los pocos presentes que aprovechaban el día soleado de final del verano.

La música no era muy buena, pero animaba un poco. De pronto nos paramos en seco. El cantante del kiosko comenzó a entonar unas notas que reconocimos de inmediato a pesar de que la canción estaba distorsionada por el incongruente arreglo tipo Jazz y por el acento extranjero del cantante. Asombrados, oímos, como en aquella verbena lejos de Venezuela y del ambiente de Montreal los altoparlantes chillaban:

“Yoooo, nací en esta rivera del Arauca vibrador…”

Entonces, esperamos que la canción terminara y le preguntamos al cantante porqué había escogido esa canción.

“Porque me gusta”. Fue su sola respuesta.

Yo, de optimista y supersticiosa, pensé que se trataba de un signo positivo y al regresar a la casa me abalancé al portátil a ver si mi correo contenía noticias alentadoras.

Me equivoqué. A pesar de la incredulidad de los Venezolanos, el CNE nunca quiso abrir las cajas, ni los observadores internacionales lo forzaron a éllo. Para mi, ese fue el hecho más sospechoso de todos. Me pareció inaudito que, desde un punto de vista humano, ante las elucubraciones matemáticas y técnicas de decenas de estadísticos, ingenieros, físicos y computistas, los directores del CNE no aprovecharan la oportunidad que tenían para abrir las cajas y callarnos la boca a toditos.

Si yo hubiese estado en la directiva del CNE, me hubiese regodeado abriendo cajita por cajita y contándole los votos en la cara, uno por uno, al ejército de nerds sabelotodo cuyos modelos ultra sofisticados mostraban discrepancias en los resultados. Sinceramente, aún me asombra que los directivos del CNE se hayan negado tal satisfacción.

Y, desde el punto de vista institucional, el no abrir las cajas fue el gesto mas peligroso para la democracia: un organismo democrático encargado de los comicios de un país debe, antes que nada, darle a la población la certeza de que el sistema funciona y que es justo y transparente. Al negarse a ir mas allá de la auditoría a pesar de las fuertes dudas que pesaban sobre los resultados, el CNE sellaba para siempre la caja que contiene el enigma de los resultados del referendo y condenaba a todos los Venezolanos a una duda perpetua sobre la validez de su democracia y de su sistema electoral.

No todo fue negativo. La experiencia me hizo conocer y apreciar la competencia y la dedicación de venezolanos de gran talento que pusieron sus conocimientos, su reputación, sus habilidades y su tiempo en la apasionada búsqueda de una respuesta al enigma de Agosto.

Y es así como, después de un año de análisis, de lecturas y de recuerdos, he decidido plasmar mi memoria en esta historia verídica que termina con el Alma Llanera. Una historia que, lamentablemente para la democracia venezolana, termina, por ahora, simplemente en cuento intrascendente.

Referencias:

[1] S. La Fuente y A. Mesa. “El acertijo de Abril.- Relato periodístico de la breve caida de Hugo Chávez”.

[2] F. Toro. "Venezuela's 2002 Coup Revisited: The Evidence Two Years On" .

[3] R. Prado y B.Sansò, “The 2004 Presidential Recall Discrepancias Between Exit Polls and Oficial Results”. Reporte técnico, AMS-2004-6.

[4] M. Octavio, “Venezuela Referendum Studies”. The Devil’s Excrement blog.

8 comments:

ベル said...

No quiero ni recordar esos días, en los que los que no sabemos sobre matemáticas ni estadística, sabiamos que algo andaba mal. Creo que todos quedamos igual, con la cara de sorpresa/confusión/tristeza.

Gracias por compartirlo.
Ayer leí en un blog llamado enigmatario, un post sobre Venezuela http://enigmatario.blogspot.com/2005/08/venezuela.html

Me permití recomendarle tu post. Disculpa el atrevimiento.
Saludos.

Enigma said...

.. asi que vine por la anterior recomendacion, si fueras a darte una vuerlta por mi blog verias que hasta comentarios en contra tuve y un email donde se me insultaba de una manera, digna de un carretonero.

Leer tu memoria siendo Venezolana, me hace recordar aquellos dias en que segui el paro nacional, enq ue supe que pasaba y decia, basta, como es posibl que un pueblo como Venezuela pueda soportar eso... y oh sorpresa.

Acompaño al pueblo Venezolano en su dolor, un abrazo desde Mx.

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

caribbeangirl@cantv.net said...

Hola, vine por recomendación de un amigo, pienso que moralmente estamos acabados... Nuestra dignidad ha sido manchada, ensuciada, y cada día me doy cuenta que és el Venezolano Común como ustedes que se sentaron a echar cálculos de lo que está compuesta la verdadera oposición, no una cuerda de payasos de los pocos partidos políticos que no poseen el empuje ni dan la cara!

Excelente manera de describir esos días de horror para todos los que vivimos eso.

Saludos,
Cari

Anonymous said...

Bruni,
creo que tu historia la compartimos muchos de los que estabamos en el exterior para esas fechas: la angustia, la falta de sueño, los e-mails, las llamadas, y el trabajo estadístico haciendo uso del poco o mucho conocimiento que tuviesemos.

Esa semana entendí lo que es dedicarse en cuerpo y alma a una causa y lo cerca que se encuentra esta dedicación a la locura (todavía hoy en dia evito ver esa parte de mi disco duro)...

Saludos,
Edgar

Bruni said...

Edgar, por eso la escribi, en honor a todos aquellos que lucharon y se fajaron en Agosto del 2004 para saber que paso en el Referendo.

Gracias por el post.

Anonymous said...

Sin ánimos de defender a nadie la OEA y el Centro Carter hicieron lo único que podían hacer en función de una oposición que picó cabos: seguirle el juego al gobierno. Por otra parte, no hablemos de la sobredosis de ingenuidad tecnológica de los carajos.

Bruni said...

Topocho, yo creo que todos los actores fallaron:

la oposicion no se opuso, los observadores no observaron y el gobierno no goberno.

La oposicion ha debido estar presente en la auditoria, ha debido insistir en usar su propio programa y en que la muestra fuese mas amplia. Ha debido impedir que la cosa estuviese solamente en manos del gobierno y del CC. Y ha debido tener un Plan B.

Los observadores han debido ser mucho mas estrictos en su observacion y negociar un compromiso aceptable entre la oposicion y el gobierno para realizar una auditoria mas amplia. Igualmente, al darse cuenta de que la gente no creia en la auditoria, han debido forzar al gobierno en abrir las cajas.

El gobierno, porque el CNE es el gobierno (aunque en un pais democratico no deberia serlo) fallo. Su responsabilidad en ese momento no era ganar a toda costa, sino redonarle a la gente confianza en su sistema democratico.

Roberto Iza Valdés said...
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