Para que no se olviden

El año pasado mi primer post del año fue para la Jueza Afiuni. En aquel entonces, recordaba yo la situación insólita que llevó a su encarcelamiento, explicando que, a mi manera de ver, la jueza no era más que un chivo expiatorio escogido por Chávez para pasar un mensaje al Poder Judicial.


Un año completo pasó, la jueza no ha sido juzgada ni ha sido liberada. Le fue dada casa por cárcel por razones humanitarias, pero sigue entre las rejas de su residencia, sin salir, sin dar declaraciones, en el limbo penal en el que están muchos presos en Venezuela.


Yo soy una fuerte adversaria de las leyes penales venezolanas que permiten que sea tan fácil meter, y dejar preso a alguien. No importa si se es inocente o culpable, una persona puede permanecer presa simplemente con una imputación, durante, literalmente, años. En parte por las leyes penales mismas y, en parte, por la lentitud e ineptitud del poder judicial venezolano. El caso de la liberación Eligio Cedeño, que fue, justamente, la liberación que puso a la jueza en la mira de Chávez, es uno de ésos: años de cárcel sin juicio. Culpable o inocente, la jueza decidió seguir la ley que indica que había que dejarlo en libertad y, fue puesta presa a su vez.

La jueza pagó con su libertad el aplicar su criterio humano y jurídico. De hecho, este 10 de enero, Maria Lourdes Afiuni cumplirá dos años y un mes sin libertad.

Mi primer post del 2012, tal como fue el del 2011, es de nuevo para esta jueza valiente que ha pagado muy caro el hacer su trabajo. Pero es también para los otros presos venezolanos, que tienen que vivir en cárceles inhumanas creadas por un sistema corrupto.

Mi primera post es para todos los que están desde hace años a la espera de un juicio, los que fueron apresados y juzgados injustamente, los que están enfermos, y no pueden recibir tratamiento, los inocentes e incluso los culpables que siguen allí a pesar de haber pagado su deuda.


Para que no se olviden de ellos.