Venezolanas en su laberinto.-El escándalo PIP en Venezuela.

Hace algunos años, el ideal femenino en el mundo comenzó a cambiar para convertirse en una figura insostenible: extrema delgadez y senos abundantes. Las venezolanas, en la absurda búsqueda de la perfección física a toda costa, abrazaron rápidamente y con furor el nuevo estandar de belleza de extrema flacura y se precipitaron al bisturí  para obtener las ansiadas prótesis. El aumento de mamas se convirtió en una operación banal, que se da como regalo a las quinceañeras o como sorpresa de recién-casados. La presión social es tan fuerte que incluso oí alguna vez a una diputada chavista proponer que el privilegio de tener prótesis se extendiera a las clases populares, pidiendo al gobierno que financiara tal tipo de misión.


El escándalo de las prótesis francesas PIP revela la no-banalidad de la intervención.  La compañía había sido fundada en 1990 y logró un éxito fulgurante, vendiendo en poco tiempo 100 000 prótesis al año en 65 paises. Sin embargo, al final de la década, el dueño de la compañía se enfrenta a la fuerte competencia asiática y decide cambiar el silicón por uno no conforme a las normas en 80% de las prótesis, dejando 20% de los implantes "para las clientas del 16eme arrondissement de Paris".


La historia recuerda vagamente a la de la compañía china que mezclaba melamina a la fórmula de leche en polvo para recién nacidos a fin de bajar sus costos. Pero el problema de las prótesis no es sólo el hecho de que la gran mayoría estén hechas de silicón industrial, sino que el porcentaje de prótesis defectuosas con tendencia a la ruptura resulta muy alto.

Tenía una sensación de "déjà vu" con el escándalo  y un poco de búsqueda indica que, en efecto, en el año 2000, la agencia FDA de los Estados Unidos envió a un inspector a la fábrica de prótesis francesa, dado justamente los numerosos casos de ruptura  se habían dado en Estados Unidos. El inspector encuentra 11 casos de infracción y recomienda que las prótesis no sean más comercializadas en el mercado americano.
 
En el año 2007 hay otro caso en Gran Bretagna en el cual centenares de mujeres ganan una causa contra la empresa por considerar las prótesis defectuosas. Sin embargo, ni en Francia, ni en Gran Bretagna se hace nada al respecto. Las prótesis siguen vendiéndose confiándose de un organismo aleman, el TÜV Rheinland, que realiza las inspecciones todos los años. No es sino en el 2010, después de una acusación anónima de un empleado, que la Agencia de Sanidad Francesa realiza la inspección y toma cartas en el asunto.

Ahora bien, ¿Cuál es la situación en Venezuela? 

La situación es de gran confusión. Por una parte la Ministra Sader dió declaraciones reciéntemente indicando 

1) que los implantes entraron y fueron colocados de manera ilegal en el país , ya que no tenían el necesario permiso sanitario y


2) que los implantes podrán ser removidos (sin remplazo) gratuitamente en los hospitales del país.


Sin embargo, el director del Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria, del mismo Ministerio indicó que sí se les otorgó el permiso sanitario, pero no indicó el número de prótesis con tal permiso.


Por otro lado, la Sociedad Venezolana de Cirujía Plástica hizo un llamado a tranquilizar a las pacientes por cuanto las prótesis se habrían instalado con muchísima frecuencia en Venezuela en los últimos doce años, pero sin indicar el número de pacientes con las mismas.
Un punto positivo es que el gobierno ofrece la remoción de la prótesis de manera gratuita.

Sin embargo, la situación general no es nada clara ¿Qué sabemos? 

1) que según la Sociedad Venezolana de Cirujía Plástica las prótesis se han instalado durante los últimos 12 años, es decir desde 1999.
2) que desde el año 2000 las prótesis estaban prohibidas en NorteAmérica
3) que la Ministra Sander piensa que estaban también prohibidas en Venezuela, pero que no parece ser el caso
4) que el jefe del Servicio de Contraloría Sanitaria no sabe o no quiere decir cuántas prótesis entraron
5) que la Sociedad Venezolana de Cirujía Plástica no quiere indicar o no lleva conteo alguno de las prótesis instaladas
6) que no parece haberse creado una lista de mujeres con implantes PIP, ni de centros donde podrán acudir para pedir la remoción gratuita
7) que no sabemos qué pasará con las otras cirujías electivas previstas en esos mismos centros que se verán ahora desplazadas por la posibilidad de remoción masivas de implantes.


Tenemos un cuadro laberíntico en el cual no hay responsables, no hay datos y no hay una visión clara de la situación.


Ni el gobierno, ni la sociedad de cirujanos plásticos, ni tampoco la oposición han dado muestras de querer aclarar la situación, a pesar de que Venezuela es un país donde cláramente miles de mujeres deben estar afectadas.

Éste es uno de estos casos en los que el gobierno y los médicos deberían sentarse juntos para establecer un plan conjunto de acción: base de datos sobre mujeres afectadas, información detallada a la población, organización de casos prioritarios, organización de cirujías en hospitales y clínicas, etc.

De hecho, éste es uno de esos casos en los que uno quiere tener un sistema parlamentario con oposición oficial, para que el jefe de la oposición haga las preguntas que son y obligue al gobierno a que actúe. Éste es uno de los casos en los que uno quiere tener una prensa competente que le haga seguimiento al caso y  una federación de médicos fuerte con rol de liderazgo.

Pero nadie parece tener vela en este entierro: la misma sociedad que empuja a las mujeres a verse como modelos de revista se lava las manos del asunto, y que cada mujer asuma sola su laberinto....
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UPDATE:  Hoy 4 de Enero BBC mundo indica que 900 venezolanas se han unido para en Facebook para hacerle frente a una demande judicial. Lean el artículo que da las vivencias de algunas de ellas.