De insultos políticos y descalificaciones

En Venezuela, la política es a menudo personalizada. Se ataca a la persona, en lugar de atacarse sus ideas, su trayectoria o su experiencia, lo cual demuestra la poca madurez política que tienen los venezolanos como pueblo y los políticos profesionales como tales.


Si el político es hombre, el insulto más fácil para descalificar es decir que es homosexual. Como si ser homosexual le impidiera a nadie ser un político eficiente. Si el político es mujer, se la trata de fea, vieja o puta. Las putas han ganado cierta nobleza a los ojos de la sociedad últimamente, con lo cual ya casi nadie se molesta en utilizarlas como insulto, excepto y ya raramente, cuando se refiere al hijo de las mismas. Sin embargo, el hecho de ser vieja o fea resulta una minusvalía importantísima a la hora de descalificar a un personaje político del sexo femenino.


Interesantemente, el handicap de la homosexualidad sólo parece ser aplicado a los hombres. De hecho, ni en los casos de insultos más repugnantes he oido/leido nunca que se le eche en cara a una mujer el ser lesbiana. Hay dos explicaciones para éllo. O bien la sociedad considera que el lesbianismo no existe, es decir, que está tan reprimido que ni siquiera es considerado como parte de la vida social, o bien no es visto como un comportamiento insultante tal como es el caso de la homosexualidad en los hombres.


Desde hace algunos años se ha puesto de moda el término "fascista" como insulto, el cual se utiliza de todas las maneras, haciéndole entonces perder su significado y connotación histórica. Menos populares, pero igualmente utilizados son los de "ápatrida" o "vende-patria" y, finalmente, el más popular de todos, el de "corrupto" y "ladrón", que es utilizado para cualquiera que aspire o ocupe un cargo público de importancia. 


Estos insultos han existido siempre, pero gracias a la política divisionista de Chávez, se han incrementado con creces en el ambiente político Venezolano. 


Ahora bien, los insultos políticos existen en todas partes, pero veamos cuáles son los insultos que se dicen en los países como éste:


Mentiroso
Incumplido
Ineficiente
Arrogante
Tramposo
Deshonesto
Abusador
Extremista

 Como ven, siguen siendo insultos, pero que atacan la trayectoria y las ideas del político, y no sus características personales. 


El día en el que un candidato le diga a otro:


"Ud es abusador, arrogante e ineficiente" y el otro le responda
"Y Ud. es dehonesto intelectualmente, además de tramposo"


Habremos, créanlo o no, dado un gran paso hacia la madurez democrática en Venezuela.