En Venezuela está pasando algo nunca visto en materia de libertad de expresión y de censura. Por un lado, como lo he explicado en mis posts anteriores, existe una censura fuerte de los medios de comunicación nacionales para limitar que se sepa lo que está pasando.
Por otro lado, a pesar de los intentos iniciales del gobierno en limitar la circulación de la información por twitter, no pudieron con el mismo y, al final, todas las informaciones que se obtienen en tiempo real sobre lo que acontece en Venezuela pasan por allí.
El gobierno utiliza tal hecho para mostrar que la supuesta oscuridad mediática no existe. Después de todo, si todo el mundo tiene acceso a todo por twitter y Facebook, pues los medios no están censurados. El segundo punto que hacen valer los chavistas que aún defienden el estado de cosas en Venezuela, es el hecho de que los líderes de oposición pueden salir a declarar por televisión y ser entrevistados sin problemas por los medios visuales y escritos.
La realidad es mucho, pero mucho más sofisticada y hay que haber observado el comportamiento de los medios nacionales e internacionales durante varias semanas para darse cuenta de éllo.
La censura interna en Venezuela no consiste en no dejar hablar a la oposición. La censura está en no mostrar por medios formales los eventos que estén ocurriendo.
En el fondo, se trata de un prolongado 12 de Abril, sólo que ahora es el gobierno el que no quiere que se sepa lo que realmente está pasando en la calle. La protesta no será formalmente televisada.
¿Y el twitter? ¿Acaso el twitter no cuenta? ¿Acaso no se trata de la mejor herramienta existente para la difusión de lo que está pasando?
Mi respuesta, y quizás algunos de ustedes se sorprendan, es no. No es la mejor herramienta. Es una herramienta, pero con bemoles.
Debido a la gran libertad que twitter proporciona, cualquiera puede escribir, grabar y mandar cualquier cosa. La verdad colinda con la mentira y con la manipulación. Entonces, dada la cantidad de informaciones que circula, el gobierno puede simplemente hacer caso omiso a lo que se diga y se sepa por twitter: no es información confiable y confirmada y punto. O, es información fabricada desde el exterior para desestabilizar y punto. No sólo no tienen que aclarar, justificar, ni excusarse por nada, sino que les da fuerza para sostener la tesis de la desinformación desde el exterior. Por twitter todo es posible.
Entonces, entramos los venezolanos en esa extraña situación nunca antes vivida, de un apagado de noticias formales y una explosión de noticias informales cuya proveniencia, por su naturaleza misma, es poco confiable.
Ése, queridos amigos, es el nuevo juego de censura del gobierno: callar por aquí, mientras dejan hablar por allá, pero por un medio que no tiene validez.
Ese doble juego tra como consecuencia antes que nada la total desinformación de la población y, por otro lado, el mantener el aura de que la libertad de prensa todavía existe en Venezuela.
Censura del siglo XXI.
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