El asesinato de Robert Serra sigue dominando el tono del gobierno. A falta de detalles y de pruebas contundentes, el comportamiento oficial ha sido el de insultar e inculpar de manera indiscriminada. Eso lo supimos desde el primer momento, como hice valer en mi post anterior.
Pero lo que ha sucedido con la caricatura de Weil, va más allá que el insulto, es litarlmente un complot.
El fin de semana del entierro de Robert Serra, aparece en Internet una caricatura de Weil mostrando un velorio en el que el muerto y los asistentes son todos ratas. Cuando vi la caricatura, mi primera impresión fue que a Weil, a quien admiro como artista y caricaturista, se le había pasado la mano. En el contexto de la muerte de Serra la caricatura era cruel y de mal gusto. Unos minutos después, leí en un twitt del autor que se trataba de una caricatura vieja, que él había consignado dos semanas antes y que, dada la casualidad de la tragedia de Serra, había decidido no sacar la caricatura en el periódico dominical, de común acuerdo con los editores.
Sin embargo, la caricatura salió al aire, alguien la publicó en Internet justo en los momentos en los que se hablaba del entierro de Serra. La respuesta oficial no se hizo esperar. Los insultos directos hacia Weil hacían caso omiso del hecho que el caricaturista había dado sus explicaciones sobre la publicación.
Es más, una vez dado el desmentido por parte de Weil, los personeros del gobierno siguieron insistiendo, implicando que era demasiada casualidad y que si la caricatura tenía dos semanas, habría que investigar al caricaturista por sus dotes de clarividente. Parece olvidárseles a los gobernantes que los velorios son tristemente comunes en Venezuela.
La saga no termina allí: hoy nos enteramos que por órdenes superiores Últimas Noticias despidió a Weil.
Mis preguntas son las siguientes:
¿Quién sacó la caricatura al aire?¿Porqué?
Claramente, después de la despedida de Rayma de El Universal, la caricatura del velorio le da una excusa perfecta al gobierno para vengarse del otro gran crítico caricaturista ¿Se trataría entonces de una maniobra de oportunismo del gobierno para sacarse a Weil de encima?¿O es una reacción de tripas, sin mucho sentido común, como muchas de las reacciones de los que componen el gonierno?
Una cosa está clara: la caricatura salió al público y eso no fue inocente. Por una razón o por otra, alguien estaba interesado en que se inculpara a Weil.
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