Saturday, January 31, 2015

Todos somos López


Una de las imágenes que mas me llamó la atención en las pasadas Navidades es la de Leopoldo López tratando de hacer llegar un mensaje, escrito en bolígrafo, en un papel de cuaderno. La imagen a pesar de lo simple, es desoladora: es la del prisionero que quiere tener una voz y  busca, a toda costa, así sea con un bolígrafo que poco se ve, hacer pasar su mensaje. Buscando en la web, no logré encontrarla, les dejo una parecida, pero no es la misma.

Desde hace quince años, el gobierno Venezolano ha utilizado la justicia para aplacar, disuadir, chantajear o simplemente castigar a los disidentes, o a aquellos que, tal como hizo la Jueza Afiuni, no se dobleguen a los intereses del Gobierno. No hay Seguridad Nacional, ni Gestapo. La cosa, en Venezuela, es mucho más fácil, basta inculpar a quienquiera que incomode al gobierno en ese momento, para que toda la maquinaria de persecución judicial se ponga en marcha.

Es posible hacerlo por varias razones: 1)porque las leyes penales Venezolanas son obsoletas y ponen al derecho del Estado por encima del derecho del individuo, 2) porque a pesar de lo que diga la Constitución, los derechos humanos nunca han sido una gran prioridad en Venezuela y 3) porque el Poder Judicial y el Poder Moral están totalmente politizados y se han convertido en estos últimos años en instrumentos a la merced de los intereses del Chavismo.
 

En el ámbito político, los ejemplos son numerosos: Capriles, Baduel, María Corina Machado, López. También hay ejemplos en el ámbito económico, el encarcelamiento y destrucción de los responsables de casas de Bolsa como chivos espiatorios de las absurdas políticas económicas del gobierno y en el judicial, la Jueza Afiuni, apresada para que a ningún juez se le ocurriera salirse de la línea dictada por el gobierno.

En un régimen que ha perseguido de manera implacable a todo el que se percibe como enemigo, la persecución de López es sin embargo remarcable. Antes que nada por lo larga: López es un perseguido político desde que, como Alcalde de Chacao, Chávez lo viera como una amenaza a su anhelo de quedarse en el poder para siempre.  En segundo lugar, por lo torpe e intensa. El encarcelamiento de López y la actitud del gobierno referente al mismo es totalmente absurda: celda de confinamiento, negativa de visitas, prohibición al padre de participar al juicio, proposición de intercambio internacional de López por otros presos. Siendo esta última propuesta una de las más absurdas y peculiares dado que se trata de un ciudadano venezolano, preso por su mismo gobierno.

Del lado de la oposición, el tratamiento de López no ha sido tampoco de los más adecuados. Si no fuera por la esposa y por Maria Corina Machado, nadie se acordaría que tiene casi un año, entre rejas, a la espera de un juicio. Una parte de la oposición le achaca el haber actuado por su cuenta para ser apresado y convertirse en el líder, otra parte está demasiado ocupada en sus pequeños intereses para darse cuenta de que es necesario la unificación detrás del apoyo a López. La oposición debería aprovechar el descontento actual para hacer de López una figura emblemática, aquella que puede unificar al país y darle al pueblo la idea de que si hay alternativa.

Las rejas de López son las rejas de todos los venezolanos. Las rejas de la falta de libertad, la falta de justicia, la falta de visión, la falta de liderazgo, la falta de civismo, la falta de profundidad, la falta de país.

Todos somos López.






1 comment:

Anonymous said...

"Las rejas de López son las rejas de todos los venezolanos.'

Muy bien dicho !

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