Artículo 19. El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público de conformidad con la Constitución, los tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la República y las leyes que los desarrollen.
Artículo 25. Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores.
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La concepción democrática del chavismo es que ellos tienen la sartén agarrada por el mango y no hay discusión, no hay vuelta de hoja, no hay posibilidad de disención. Chávez dispone y punto. Fascismo en su más pura expresión.
Así, el pensar diferente es suficiente para negar todo tipo de derechos, para convertir al ciudadano que se atreva a disentir en ser de segunda clase que ni siquiera tienen la posibilidad de expresarse en un acto público. La excusa son los males del pasado, los de la llamada IV República que, según los chavistas son suficentes para callarle la boca a cualquiera que tenga, hoy en día, una opinión contraria sobre el futuro prefabricado que Chávez le quiere imponer a generaciones de Venezolanos. Como si todo el que piense diferente de Chávez tenga la culpa de las injusticias que se vivieron en el pasado y, además, tal culpa borrara de una vez todo derecho individual o colectivo.
Los videos de arriba son una clara muestra del fascismo al que los Venezolanos están sometidos en los tiempos de Chávez. Se trata nada menos que de poder opinar sobre el documento más fundamental en la vida de los Venezolanos. Se trata de participar en un acto público en el que, justamente, se está invitando a la población para que opine. Esto debería ser un hecho fundamental en cualquier circunstancia, pero es aún más importante en la actual, dado que la Asamblea Nacional es monocroma y sin ningún tipo de representación de un amplio sector de la población. Pues bien, la respuesta de los funcionarios chavistas es negar el derecho de palabra, callarles la boca a las voces disidentes, aupar el clima de linchamiento y utilizar una conducta de guapetón de pueblo para apabullar a los que se paran para pedir por su derecho legítimo de ser escuchados.
Una de las muestras más claras de fascismo es la de el Alcalde de Sucre en el video de arriba cuando de manera obsecada le impide al interlocutor opositor que tome la palabra: "Las minorías deben respetar a las mayorías", dice. Es decir que según el Señor Rangel Ávalos, el ser mayoría le da a unos todos los derechos, y a los otros ni siquiera la posibilidad de expresar su opinión.
Tengo noticias para Ud. Señor Rangel: la Constitución garantiza los derechos de TODOS los Venezolanos, no sólo de las mayorías.
Claramente el Alcalde Rangel Ávalos menoscabó los derechos garantizados en la Constitución.
Debería ser destituido y acusado penalmente, tal como lo determina el artículo 25.
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