La idea que les presento no es mía: la adquirí y la he adoptado leyendo un artículo de Thomas Friedman del 2006 en Foreign Policy intitulado "The First Law of Petropolitics" (ver aquí). En una servilleta, Friedman hace un gráfico rápido de eventos en diferentes países petroleros y el nivel del precio del petróleo en esos momentos. Se percata así de un hecho singular: en los países cuya economía depende del petróleo, el precio del barril y el avance de las libertades civiles y económicas son inversamente proporcionales. En otras palabras, mientras más alto el precio del barril, más restricciones existen en los países petroleros, mientras que los movimientos de transformación social y económica han ocurrido en aquellos momentos en los que el petróleo tenía su precio más bajo.
La idea es fascinante y, para nosotros venezolanos, es una clara constatación del término "Excremento del Diablo" que Juan Pablo Pérez Alfonso le diera a nuestro primer recurso económico. Sin embargo el término de Pérez Alfonso constata una realidad, pero no explica porqué esa realidad existe. El ensayo de Friedman intenta explicarla: la idea es simple, la abundancia petrolera impide la inventiva y el dinamismo en las sociedades donde ocurre, mientras que en los momentos en los que el barril cuesta poco, el país debe explotar más eficientemente sus recursos humanos y hacer prueba de dinamismo para salir adelante.
Es ésa abundancia petrolera lo que lleva a la aparición de "petrodictadores" los cuales, mientras más altos los precios del barril, más reducen las libertades civiles de sus pueblos...¿Alguien recuerda que RCTV fue sacada del aire justamente en el 2007? El cual fue también el año en que Chávez ordena la Reforma a la Constitución para perpetuarse en el poder. Pues bien es en el 2007 que por primera vez en la historia el precio del barril superó los 100$.
Friedman se acoje a la tesis de Michael L. Ross de UCLA quien explica que para que las petrodictaduras tengan lugar hay varios mecanismos. El primero es la falta de impuestos o imposición por parte del Estado. El aspirante a petrodictador quiere que la riqueza le llegue al pueblo directamente sin que el mismo tenga nada que pagar por éllo. ¿Porqué? Pues porque el impuesto constituye no sólo una obligación del ciudadano hacia el Estado, sino del Estado hacia el ciudadano y lo último que quieren los petrodictadores es tener que rendir cuenta. El segundo mecanismo es el del patronaje: la riqueza petrolera hace que el Estado se convierta en patrono del pueblo. El tercero es el hecho de que la abundancia de recursos monetarios le da al Estado las armas para restringir la formación de grupose sociales de disidencia e, incluso para comprar los útiles de represión..Finalmente, la riqueza petrolera disminuye la presión social para la especialización, la urbanización y los altos niveles de educación que generalmente producen a un pueblo más articulado y con mayor posibilidad de organización.
Pero a diferencia de la de Ross, la tesis de Friedman, no sólo equipara riqueza petrolera con déficit democrático, sino que va más allá, corelacionando los altos y bajos de los precios del petróleo con los altos y bajos niveles de libertades en países petroleros.
Friedman explica que no fueron las políticas de Reagan las que hicieron posible la caida del Muro de Berlín, sino los bajos precios del petróleo. Indica cómo países como Nigeria, Irán, Rusia y Venezuela, quienes parecían entamar una carrera imparable hacia democracias sólidas, han seguido la vía de la elección de autócratas a partir del momento en el que el precio del barril subió de 60$.
En conclusión, la tesis de Friedman es intelectualmente irresistible pero al mismo tiempo, descorazonadora, ya que infiere que la única manera de salir del impasse autocrático es una súbita diminución de los precios del petróleo.
Yo estoy segura de que pasará. Lo triste sin embargo, es que el país haya hipotecado su potencial democrático durante más de once años en aras de una alucinación creada por el excremento del diablo.
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