Sunday, June 12, 2011

La tiranía de la información

Hoy me di cuenta de que ya no somos libres. Cuando hablo de "somos" somos nosotros, los humanos que nos conectamos diariamente a Internet.  Nos han robado una libertad fundamental: la de descubrir, la de decidir por nosotros mismos qué es lo que nos conviene. La de equivocarnos y mejorar la próxima vez. La de oir la recomendación de uno o del otro y sacar nuestras propias conclusiones. Pero no es así, desde que Internet y Google y Facebook y Amazon y Tripadvisor y Twitter se han apoderado de nuestras vidas, no ha quedado nada por descubrir.


Me di cuenta porque quería saber cuáles eran los mejores hoteles de XX. Tan sólo entrar en Tripadvisor y tengo la lista en orden de popularidad de hoteles, hosterías, bed and breakfast y hasta casas de monjas en XX. Cada uno evaluado, ensalzado o echado hacia abajo. Con lujo de detalles sobre el número de la habitación más recomendada o el nombre del concierge más simpático. De repente me di cuenta de que nunca iré al hotel evaluado número 144, por muy atractivo que sea el deal, sino que me abalanzaré en la competencia feroz por obtener el que tiene el número uno, o el dos, o el tres. No hay habitaciones para la fecha, cambie de fecha, o confórmese con saber que terminará en el número 144.


Ya no descubro libros, sino que Amazon los descubre por mi. Me los sugiere. Lo peor es que es asombrosamente acertado. Ya sabe que yo soy una mezcla de nerd con ama de casa, una seguidora de Oprah Windfrey que estudió ingeniería, que lee novelas y recetas, pero compra también  libros de Internet y de matemáticas.

Cuando no es el sistema mismo, son esos ratings, esos cuatrocientos evaluadores del mismo libro, que se muestran todos, apabulladoramente a favor o en desacuerdo con el libro en cuestión los que no dejan que uno escoja. En el fondo, cuatrocientas personas no pueden equivocarse....

Me di cuenta de que ya no dependemos del amigo que fue a XX o que leyó tal libro o vió tal película y que nos dice cuáles fueron sus mejores o peores experiencias. Hemos sustituido al amigo por esos contribuyentes anónimos, que hablan un lenguaje hiperbolado que unido al lenguaje hiperbolado de otros contribuyentes anónimos se convierte en una voz única, implacable, que no se puede dejar pasar. Una voz más importante que cualquier otra de nuestro alrededor: es la voz de una tiranía nueva, una tiranía desconocida hasta hace poco contra la cual no podemos rebelarnos por miedo al fracaso. Es la tiranía de la información.

Lo peligroso es que en esa tiranía no hay matices. Todo es todo o nada.

La tiranía no es sólo con los lectores, es también contra el dueño del Bed and Breakfast que apenas si sabe teclear en Inglés, que balbucea por escrito una frase de explicación de porqué había problemas con el agua caliente, o le da las gracias a cada evaluador y les desea que vuelvan pronto. Es la tiranía del profesor expuesto en Internet a las opiniones de cientos de alumnos anónimos o la del médico que ve sus cien horas de trabajo semanal convertidas en unas estrellitas, tres, cuatro o cinco, escogidas por sus ex-pacientes.

La tiranía es la búsqueda de la perfección, del control, del saberlo todo. De la idea de que la información nos vuelve semi-dioses y nos acerca a la infalibilidad.

2 comments:

Roberto N said...

"Ya sabe que yo soy una mezcla de nerd con ama de casa, una seguidora de Oprah Windfrey que estudió ingeniería, que lee novelas y recetas, pero compra también libros de Internet y de matemáticas." LOL!!!

Y ahora lo sabemos nosotros tambien!

Pero ven aca, lo que dices de Tripadvisor por ejemplo, es util si piensas gastar dinero viajando y quieres "invertir" bien tu tiempo y dinero.

Lo que hay que saber hacer es tomar los ratings con un granito de sal y leer los comentarios. Mas de una vez pude entender que algunos ratings tenian mucho que ver con la edad mental de la persona que lo comento. Mas de una vez lei un rating malo de una persona que si la tuviera enfrente le diria lo malcriada que era.

Por otro lado, lo de Amazon es casi que escalofriante. De hecho, acabo hace unos dias de cambiar mis prefencias para que solo me manden emails que tengan que ver con transacciones (recibo de pago, confirmacion de ordern, etc) porque ya estaba ladillado de recibir tantos mails con sus "recomendaciones". La cosa se pone comica cuando estas comprando cosas para una niña de 12, un hombre de 48, una de 15 y otra de 50 con gustos totalmente distintos. Tremendo arroz con mango algunas de esas sugerencias!

A la hora del te, uno siempre le pregunta a sus conocidos y amigos si algo sirve o no, si vale la pena o no.

Te pongo un link, que recibi hoy casulamente:

http://blog.nielsen.com/nielsenwire/media_entertainment/fact-sheet-u-s-advertising-spend-and-effectiveness/

Donde entre otras cosas menciona que un 76% de los encuestados afirman que las recomendaciones personales tienen mucho valor, comparado a un 49% que dicen que confian en "opiniones hechas online"

49% es un numero alto, pero mas aun es la valoracion de nuestros amigos y conocidos.

Bruni said...

Roberto, te atreverías ir al hotel 144 de Trip Advisor, a sabiendas de que es el 144?

Yo no, justamente porque la recomendación de la masa es tan overwhelming que no nos da individualmente la libertad de equivocarnos. Si es que nos equivocaramos.

Yo estaba fascinada con Tripadvisor hasta que de repente me di cuenta de que esclaviza la escogencia.

Con Amazon sucede que así compres libros o juguetes y regalos para otros, al final la cosa es endiablada porque SI te interesa.

Ya me pasearé por el link que dejaste.

Gracias por pasearte por aquí.