Tuesday, June 10, 2014

De ideología y otros demonios




La ideología es uno de los grandes males de nuestra era. Cualquier ideología, de izquierda, de derecha, religiosa o atea. La razón es muy simple. La ideología es el equivalente de un cajón en el que se meten las cosas, nada puede salir del cajón y todo tiene que amoldarse al mismo. La ventaja del cajón, es que es más fácil gerenciar, la desventaja es que si algo no cuadra con el cajón, no hay manera de obtenerlo o de controlarlo.

Entre todas las malas aplicaciones que se hacen de la ideología, una de las más sentidas es la económica, ya sea de derecha o de izquierda. Por ejemplo, cuando un Alan Greenspan rechaza cualquier control que se haga al mercado por razones ideológicas, en este caso, por aplicar ciegamente el liberalismo, pagamos todos durante años el colapso de la economía mundial.

En Venezuela, Chávez no tenía una verdadera ideología, sino simplemente el deseo de gobernar para siempre. Sin embargo, los que los rodeaban sí. Los chavistas en el poder son, en su gran mayoría, un grupo de venezolanos ideologizados por experiencias familiares y personales. Basta escarbar un poco en el pasado de muchos de los líderes actuales y vemos a hijos de guerrilleros o de presos políticos de la época de los sesenta, a otros que apoyaron la clandestinidad en los setenta, o a hijos de desaparecidos o asesinados. Estoy hablando, no de los arribistas o camaleones que se aprovechan del gobierno de turno, así sea chavista, sino de aquellos que sienten profundamente que por fin están haciendo la famosa revolución que sus padres no pudieron llevar a cabo. Esos chavistas llevan la ideología de los sesenta en el corazón y en las tripas.

Si tuviera que resumirla, diría que tal ideología consiste en que el estado lo debe y lo puede todo, que el país, el estado y la revolución son la misma cosa y que, a nivel personal, la devoción es más importante que la competencia. Ése, es el cajón en el que durante quince años el chavismo ha metido a Venezuela. Mientras la plata durara, el encajonamiento funcionaba, pero ya no.

La vacuna contra la ideología es el pragmatismo.

El pragmatismo significa no dejarse llevar por una ideología precisa, sino escoger de varias las políticas y maneras de funcionar que sean las mejores para el momento. 

Referente a Venezuela, todos queremos un país en el que vivir, si no nos hemos ido, y al que regresar, si ya nos fuimos. Éso no se logrará con odios ni con ideología, sino con inteligencia y pragmatismo.




3 comments:

firepig said...

Estoy de acuerdo con todo.

Hijo del Vecino said...

Estoy totalmente de acuerdo que la ideología es uno de los males de nuestra era.

También coincido totalmente en que la salida, a los problemas de nuestro país, no se logrará con odios ni ideología, sino con inteligencia y pragmatismo.

Donde no coincido es en el atribuirle ideología a miembros de del gobierno y mucho menos el culpar a esa ideología de su catastrófico desempeño.

El resentimiento no es ideología. Los venezolanos, como lo hace ver, su post sobre el Gabo no somos de ideología. No existe fuerza suficiente para convencernos que como colectivo pensemos en el país por encima de todo y actuemos en consecuencia.

Los contados, supuestos ideólogos de este gobierno fueron utilizados para darle cierto barniz de intelectualidad y pensamiento social a los verdaderos planes de estos ladrones del futuro de nuestra gente.

Ahora sin líder que vender al mundo ya no los necesitan y los están descartando.

Habla Ud. de una "salida" con inteligencia y pragmatismo. Me pregunto una salida de qué. Cree Ud. que en estos casi 16 años nos hemos sentado alguna vez a analizar en el por qué estamos inmersos en esta situación.

Así como no sabemos quien manda, tampoco creo que sabemos que queremos solucionar.

Espero que sin dejar de escribir de política escriba sus reflexiones sobre otros temas.

Bruni said...

Ah! Su comentario sobre mezclar ideología con resentimiento me hizo reflexionar.Me hizo pensar si estoy siendo correcta con mi evaluación. Mi conclusión es que si. Hay muchos miembros del gobierno que fueron ideologizados desde pequeños y que piensans que la revolución, como ellos la perciben, es el único camino.

Respecto a la "salida", yo nunca utilicé el término, fue Ud.

Yo no hablo de salida, hablo de un país mejor. Mejor que el que dejamos, y al que podamos regresar, o quedarnos, si no nos hemos ido.

Gracias por pasar por aquí.