Un amigo me pide las fotos de mi ciudad de la marcha No Más Chávez del Viernes. Le digo que no tengo porque no fui. Se asombra porque conoce mi militantismo, me pregunta cuál es la excusa. Le digo que ninguna, no fui porque no estaba de acuerdo con la marcha. No me pregunta porqué, creo que el también tiene las mismas impresiones, me dice simplemente que dadas las pocas oportunidades que tengo de marchar en el exterior, he debido ir de todas maneras. No le falta razón: por una vez que podía, perdí mi oportunidad de protestar.
¿Pero porqué, dirán Uds, no estaba de acuerdo con la marcha?
Porque me pareció contraproducente y mal calculada.
Antes que nada la marcha le hace sombra a otra marcha que era la verdaderamente importante: la que tuvo lugar en Caracas al día siguiente para reafirmar el derecho a la protesta. Tan sólo una semana antes, el gobierno de Chávez se dió el lujo de gasear, perdigonear, dictar auto de detención a organizadores de la marcha contra la Ley de Educación y sacar a la Fiscal General dando unas declaraciones fascistas que criminalizan el derecho a la protesta.
Ante esos hechos, los venezolanos debían decirle estruéndosamente a Chávez y al mundo que Carajo!, no nos la calamos. La marcha del Sábado debía ser multitudinaria y el ápice de la protesta. Por otro lado cuando se organizan al mismo tiempo decenas o centenas de pequeñas marchas alrededor del globo con un mensaje simplista, gana visibilidad ese mensaje simplista y el mensaje verdadero, ese que dice que no hay que aceptar que un gobierno limite las libertades civiles, ese queda diluido por la forma, por los carruseles de fotos de expatriados protestando felices en toda libertad alrededor del mundo.
En realidad el mensaje es simplista y no lo es, dependiendo de quién lo vehicule. Está cargado de connotación cuando el que lo transmite es el organizador colombiano, cansado de que Chávez siga entrometiéndose en su país y afectando su vida cotidiana. Es decir, el que los colombianos y los latinoamericanos en general se digan estar hartos del petroexpansionismo de Chávez es perfectamente legítimo y, en tal caso, la frase de "No más Chávez" recoge en tres palabras la complejidad de la protesta.
Pero cuando es dicho por venezolanos como yo, el "No más Chávez" se puede interpretar como que hay que salir de Chávez de cualquier manera y que una vez hecho, todos nuestros problemas estarán resueltos. Éso es falso, porque el problema de Venezuela no es Chávez, son los múltiples elementos que hicieron posible a Chávez. No más Chávez podría ser tener a alguien en el poder como Diosdado Cabello, Luisa Ortega de Torquemada, o una dictadura militar mucho más feroz que la chavista. El No más Chávez es un razonamiento a corto plazo que no da propuestas y que le da municiones a aquellos que indican que la única propuesta de la oposición es salir de Chávez.
Hoy, Milagros Socorro, quien es una de mis columnistas preferidas, habla en su crónica del No Más Chávez como un grito de pueblos contra el autoritarismo, personalismo y populismo continuista, grito que es ahora contra Chávez, pero que será, quizás, después, contra Berlusconi, Sarcozy, Putin e incluso el propio Uribe. En la teoría, Milagros tiene razón, pero en la práctica las marchas fueron casi exclusivas de integrantes de la diáspora venezolana, casi siempre joven y bien educada, que todo el mundo sabe que es abrumadoramente anti-Chavista. En pocas palabras, las marchas no atrajeron nuevos convencidos contra Chávez.
Me dirán que siempre vale la pena desenmascarar a Chávez en la opinión pública mundial. Tienen razón, siempre y cuando el mensaje sea positivo, tenga impacto y no sea contraproducente dentro de Venezuela. Respecto a Venezuela, la marcha el día antes probablemente afectó la participación de la marcha local. Y, respecto al impacto, siempre lo evalúo estudiando mis noticias locales. El Sábado busqué inutilmente en los sitios de noticias locales, regionales o nacionales y en los noticieros locales o nacionales alguna mención de la marcha No Mas Chávez.....nada. Y hoy busco igualmente sobre alguna mención de la marcha de ayer. De nuevo ...nada. Aquí en Canadá, el impacto de ambos eventos fue prácticamente nulo.
En conclusión, aquel que tuvo la idea de impulsar la marcha No Más Chávez justo antes de la gran marcha a favor del derecho a la protesta en Venezuela pensó en la situación de Colombia, Bolivia y Honduras pero no pensó en Venezuela.
Con ideas así y un "timing" así, los venezolanos nunca terminaremos de salir de Hugo Chávez.
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